La nueva ventana indiscreta
 
En la película original de Hitchcock, James Stewart protagoniza el rol de un periodista que lleva siete semanas con una pierna enyesada. Grace Kelly es Lisa, la novia del periodista, el que para matar el ocio se dedica a sacar fotografías desde la ventana de su cuarto, descubriendo un crimen.

En el nuevo film que imaginamos, el periodista posee amplio instrumental informático de última generación que le permite oír y observar lo que multitud de cámaras captan en distintos edificios y despachos de la administración pública incluida la Casa de Gobierno.

Así ve como directores generales cobran comisiones ilegales, asignan proyectos a sus amiguetes sin mediar concursos, pagando precios exorbitantes por cosas que se hacen o no.

Tal como pasa en muchas administraciones donde se vuela el dinero de los contribuyentes y se soluciona con nuevos impuestos que paga el pueblo mientras los políticos y directivos se llevan el dinero a paraísos fiscales.

Al final el periodista es descubierto y se le manda matar. Al no poderse mover, se enfrenta al asesino asignado encegueciéndolo con un láser, mientras envía a los medios de comunicación la documentación incautada.

Al final se supone que al hacerse pública la información actuará la justicia y un buen número de políticos irá a la prisión, hecho que en la ficción queda bien, pero que en la realidad los propios partidos políticos tratan de tapar y entorpecer la justicia, dilatando el problema mientras permanecen en el poder y continúan llevándose el dinero.

Tal vez lo negativo es que el pueblo crea los discursos demagógicos y vuelva a votar a los mismos quienes buscan perpetuarse en el poder, burlándose de la democracia y la justicia.

Bueno, cuando vamos al cine esperamos que los malos la paguen y los buenos triunfen, incluyendo que el héroe se una a la bella de turno, cosa que a muchos les gustaría vivir.

La realidad es mucho más cruda que la ficción, pero allí va mi propuesta.
CARLOS.